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Writer's pictureHector Santana Rodriguez

The Truth That Sets Us Free (John 8:31-32)


…“If you abide in my word, you are truly my disciples, 32and you will know the truth, and the truth will set you free.” —John 8:31-32

Lee en español abajo

If you had been born in the Dominican Republic, possibly John 8:32 would be very familiar to you. Did you know that we have the only flag with a Bible on its shield, which is open to John 8:32? Although I don’t know the theology of our founding father (Juan Pablo Duarte), it’s no wonder he had freedom from foreign oppression in mind.


All truth brings with it some liberation. But only God’s truth, the Gospel, makes us truly free. Only the gospel frees us from the guilt, consequences, and power of sin; and it opens the doors to true worship and joyful obedience. That’s wonderful news.


But in the time of Covid-19, this text shines even brighter. For surely, you do not remember another time when the “wisdom” of men has looked so conceited (1 Corinthians 1:19). Was there ever a time in your life when the “safety” of men seemed so fragile (Isaiah 31:1)? When have men’s “plans, budgets, and estimates” ever seemed so uncertain? (James 4:15) So, it has become clear how ignorant, incapable, and unreliable the most honorable of men are. And, suddenly, the foundations upon which human arrogance was built have been destroyed (or at least removed).


Therefore, it should not surprise us that there is so much confusion, panic, and frustration around us. And all this because they do not know the truth that can set them free. The good news is that today is the appointed day—so that ignorant humanity can verify that there is only one who is truth-worthy.


It is true that we, like them, may sometimes react badly because of our weakness. However, when the truth has been known and embraced, this is not the end of it. And that is why we can say with the psalmist “I will be afraid so I will put my trust in you” (Psalm 56:3). In proving the faithfulness of our God, our faith is strengthened. I love a free version that translates this text like this; “But when I am afraid, I will put my trust in you.”


So, child of God, immerse yourself in the truth, embrace the truth, freely celebrate and proclaim the truth. You are the true light of Him who is the True Light. Live as a child of light (Ephesians 5:8) and as one who has hope (1 Thessalonians 4:13). Your life will be desirable and blessed (Psalm 1:1).

 

For Reflection

  1. Can you admit that these have been strange times?

  2. In the face of so much confusion, have you been able to see that your heart is inclined to respond according to what your physical eyes see?

  3. How has God’s truth affected your reactions, thoughts and decisions?

  4. In times of pandemic, do you see the difference in your life? Do others see it? If so, don’t you think it’s an unusual opportunity to proclaim the truth so that others can be set free as well?


La Verdad que Nos Hace Libres

“…Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” -Juan 8:31-32

Si hubieras nacido en la República Dominicana, posiblemente Juan 8:32 sería muy familiar para ti. ¿Sabías que tenemos la única bandera con una Biblia en su escudo, la cual está abierta en Juan 8:32?. Aunque no conozco la teología de nuestro padre de la patria (Juan Pablo Duarte), no me extraña que tuviera en su mente la libertad de la opresión extranjera.


Toda verdad trae consigo alguna liberación. Pero sólo la verdad de Dios, el Evangelio, nos hace verdaderamente libres. Solo el evangelio nos liberta de la culpa, de las consecuencias y del poder del pecado; y nos abre las puertas de la verdadera adoración y obediencia gozosa. Esas son maravillosas noticias.


Pero en tiempos del Covid-19, este texto brilla con mayor intensidad. Porque de seguro que no recuerdas otra ocasión en la que había lucido tan vana la “sabiduría” de los hombres (1 Corintios 1:19). No debes recordar momentos en los que pareciera tan frágil la “seguridad” de los hombres (Isaías 31:1). ¿En qué tiempos habían parecido tan inciertos los “planes, los presupuestos y las estimaciones” de los hombres? (Santiago 4:15). Así que ha quedado de manifiesto cuán ignorantes, incapaces y no confiables son los hombres más honorables. Y, de repente, han sido destruídos (o por lo menos removidos) los fundamentos sobre los cuales se edificaba la arrogancia humana.


Por eso no debe extrañarnos que haya a nuestro alrededor tanta confusión, pánico y frustración. Y todo esto por no conocer la verdad que los puede hacer libres. Pero la buena noticia es que hoy es el día señalado para que esa humanidad ignorante pueda comprobar que sólo hay Uno que es confiable.


Es verdad que nosotros, al igual que ellos, pudiéramos reaccionar mal en ocasiones debido a nuestra debilidad. Sin embargo, cuando la verdad ha sido conocida y abrazada, ahí no termina todo. Y es por eso que podemos decir con el salmista “en el día que temo, yo en ti confío” (Salmos 56:3). Y al comprobar la fidelidad de nuestro Dios, es fortalecida nuestra fe. Me encanta una versión libre que traduce este texto así; “Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza”.


Así que, hijo de Dios, sumérgete en la verdad, abraza la verdad, celebra la verdad, y proclama la verdad. Eres verdadera luz de Aquel que es la Luz Verdadera. Vive como hijo de la luz (Efesios 5:8) y como aquellos que tienen esperanza (1 Tesalonicenses 4:13). Tu vida será deseable (Salmos 1:1).

 

Preguntas

  1. ¿Puedes admitir que han sido tiempos extraños?

  2. Ante tanta confusión, ¿Has podido comprobar que tu corazón se inclina a responder conforme a lo que ven tus ojos físicos?

  3. ¿De qué manera la verdad de Dios ha incidido en tus reacciones, pensamientos y decisiones?

  4. En tiempos de pandemia, ¿Ves la diferencia en tu vida? ¿Otros la ven?

  5. Si es así, ¿No crees que es una oportunidad inusual de proclamar la verdad para que otros también sean libertados?

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